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Categoría: Convocatorias
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Publicado el 17 Julio 2013
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Desde la CNT-AIT Guadalajara nos sumaremos a este acto y servirá, por nuestra parte, de modesto homenaje y reconocimiento a todxs las luchadorxs por la libertad a los que en ocasiones les arrebataron la vida, como es el caso. Nos sirve, a la vez, como recuerdo al inicio de la Revolución Social en aquellas jornadas de julio de 1936, como respuesta al golpe de estado militar.
Barcones es un pueblo de Soria pero rayano con nuestra provincia en la zona de Atienza. Ponte en contacto con nosotrxs si quieres acudir.
El fin de semana del 19, 20 y 21 de julio, la Asociación soriana
Recuerdo y Dignidad (ASRD) junto a numerosos familiares de Arsenio
Martínez, Tomás Cue, Fermín González, Antonio Lafuente, Mariano
González, Juan Ballano, Cándido Muyo, Juan Pablo Rica, Máximo Redondo
y Bernabé Esteban acudirán a Barcones con el fin de recuperar sus
restos mortales 77 años después de sus asesinatos.
Simultáneamente, se bajará al cruce de los barrancos Pertigoso y
Moscares, en el término municipal del despoblado de Fuentebella en
Tierras Altas, para tratar de localizar el sepulcro que guarda los
cuerpos de Antonio Cabrero y Valentín Llorente.
La Fundación Aranzadi va a llevar a cabo voluntariamente los trabajos
de exhumación que incluyen médicos, arqueólogos forenses,
arqueólogos, antropólogos y documentalistas. Después de la retirada
de las ayudas de la mal llamada Ley de Memoria Histórica, la ASRD
solicitará ayuda económica a administraciones y organizaciones,
especialmente para sufragar los gastos inevitables de desplazamiento,
manutención y alojamiento de los técnicos, así como los gastos
derivados de las pruebas genéticas de identificación. Queremos
recordar, que una persona anónima donó para este fin a la ASRD 2000
euros, tras escuchar en los medios la falta de financiación para los
trabajos. A pesar de no querer protagonismo, la ASRD agradece de
corazón a esta persona su sensibilidad y apoyo altruista.
Tras la exhumación de los cuerpos en Barcones, los restos mortales
serán llevados a la Universidad del País Vasco para realizar allí las
necropsias, estableciendo la causa de las muertes, un completo análisis
forense y la extracción de material genético para contrastarlo con el
de los familiares e identificar individualmente con ello a cada una de
las víctimas.
Posteriormente, se realizará un pequeño homenaje donde los cuerpos
serán entregados a sus familias para que procedan a su reinhumación
como ellas consideren. En el caso de las víctimas que no dejaron
descendencia y de quienes no existen familiares vivos, la ASRD
enterrará sus restos en una tumba cedida por el Ayuntamiento de
Barcones para tal efecto.
Las victimas
A lo largo de cinco años de investigación de la ASRD en el caso de
los asesinados en Barcones y desde el momento de su desaparición, por
parte de la familia Cabrero, en el caso de los asesinados en
Fuentebella, hemos podido conocer a las personas que se encuentran en
las fosas comunes.
Fosa de Barcones 1:
En esta fosa, ya localizada, se encuentran cuatro cenetistas residentes
en la capital soriana.
-Arsenio Martínez García. 33 años. Chofer. Natural de Abejar.
Arsenio era una persona célebre en Soria. En el libro de Gregorio
Herrero y Antonio Hernández La represión en Soria durante la guerra
civil, imprescindible fuente de datos, podemos leer:
“Arsenio Martínez es un trabajador honesto, chófer de profesión.
No ha cursado estudios pero ha cuidado desde muy joven su formación
cultural. Posee conocimientos amplios y dedica su tiempo libre a la
lectura. No frecuenta bares, ni espectáculos. Su trabajo y el contacto
diario con sus camaradas, aparte de los libros como hemos referido,
llenan su tiempo. Es un auténtico autodidacta, que día a día se va
superando hasta llegar a ejercer un verdadero magisterio entre sus
camaradas que buscan en él, el necesario consejo, la orientación, el
asesoramiento. Su gran sentido de la ética, su gran fortaleza moral, le
van convirtiendo, no ya en un guía, sino en un ejemplo a seguir.
Quienes le conocieron nunca supieron discernir -ni ahora tampoco- cuál
de sus dos cualidades brillaba a mayor altura: si su preparación o su
rectitud; si su inteligencia o su espíritu. Tenía además un gran
valor físico y una capacidad inmensa para el sacrificio. Era uno de los
pocos hombres que reunía en su persona, en una síntesis asuntiva
perfecta, la concordancia entre la idea y el sentimiento, el principio y
la conducta.
Lo demostró constantemente, día a día, dentro de su organización
sindical y en su vida corriente. Generoso, desprendido, él, que no era
religioso, practicaba constantemente la máxima evangélica de que tu
mano izquierda no sepa lo que hace la derecha. Si alguien tenía una
necesidad era Arsenio, no directamente, sino a través de otras
personas, y con la prohibición de que se le nombrara, quien acudía a
remediarla, en la medida de sus posibilidades. Podían llenarse páginas
con la relación de sus actos altruistas. Si como dijera Antonio Machado
-otro ejemplo de grandeza moral- no es más rico el que más tiene, sino
el que más da, Arsenio Martínez tuvo hasta la misma hora de su muerte,
una riqueza infinita. Porque incluso en ese último momento, cuando los
fusiles asesinos le apuntaban, nos dio una bella lección de bien morir.
Lo único que podrá dar -su perdón y su deseo de que su muerte
sirviera para una España mejor- lo realizó con su estilo sencillo, sin
alharacas, sin arrogancia, pero sin miedo: "Vosotros no sois culpables;
sois un instrumento y ojalá que la España que queréis construir sea
de paz, de amor, de verdaderos hermanos; la España que yo siempre he
soñado". Y esto lo dijo Arsenio después de estar encarcelado en una
mazmorra sombría durante casi un mes, después de permanecer amarrado
toda una tarde y una noche en un camión, y dirigiéndose a los mismos
que le habían de asesinar. ¿Cabe mayor grandeza de ánimo, mayor
espíritu de sacrificio, expresión más pura del verdadero amor?
Fueron muchos los que participaron en su fusilamiento y en el de sus
infortunados compañeros sorianos y 6 de San Esteban de Gormaz, y
algunos, para nuestra vergüenza, eran de nuestra ciudad y bien
conocidos de Arsenio y de todos. Hubo también abundantes testigos de la
ejecución, por lo que lo que ocurrió aquella madrugada, del 13 al 14
de agosto de 1.936, ha podido ser reconstruido fielmente.
Alguien que, por imperativo de la ley, hubo de presenciar las
ejecuciones, no ha olvidado nunca la enorme lección de humanidad que
dio Arsenio y cada día reza por la salvación de su alma. Nosotros
rendimos el más fervoroso homenaje a su memoria y a la de sus
compañeros de infortunio.”
-Fermín González Ruiz “El Alpargatero”. 50 años. Establecimiento
propio de cordelería y cáñamos. Natural de Soria. Se sabe de él que
vivía en un antiguo callejón de la Calle San Lorenzo y trabajaba en
una zapatería propia en la calle Estudios. Tras su asesinato, sus
hermanas se ocuparon de la tienda. Creemos que, ni Fermín ni sus
hermanas, dejaron descendencia, pero hacemos un llamamiento a la
población soriana, para que, en el caso de conocer que estuviéramos en
un error, se pongan en contacto con la ASRD cuanto antes.
-Antonio Lafuente Galán “El Chato”. 34 años. Trabajaba como
metalúrgico en la forja de Claudio Alcalde. Natural de Soria. Tuvo una
hija, Alicia Lafuente, trabajadora de Justicia ya fallecida en Madrid.
Como los anteriores militaba en el sindicato CNT, que debía contar con
573 afiliados en el momento del levantamiento militar, especialmente en
el sector ferroviario en Arcos de Jalón, en Oficios Varios en San
Leonardo y en Soria capital en la Federación Local.
-Tomás Cué Ortiz. 30 años. Ferroviario. Natural de Torrelavega. Como
sus tres compañeros de militancia e infortunio, fue detenido en Soria
21 de julio de 1936 y encarcelado. Posteriormente es trasladado con
ellos a la cárcel de Almazán hasta que el día 13 una camioneta con
los seis de San Esteban los recoge para ser ametrallados entre las 2 y
las 3 de la tarde junto al Colmenar de la tía Leonor en Barcones.
Fosa de Barcones 2:
Junto a la anterior fosa, se encuentra otra que alberga los cuerpos de
seis vecinos de San Esteban de Gormaz. El motivo de la separación de
estas personas, pudo ser que ante los dos sacerdotes que asistieron a la
masacre, estas seis personas optaron por confesarse, no haciéndolo los
anarquistas.
-Juan Pablo Rica. 46/48 años. Sastre y Concejal independiente de
Cultura de San Esteban de Gormaz. Natural de Huerta del Rey. Hace cinco
años la ASRD recibía la llamada de Amelia Rica, de 92 años. Nos
pedía que encontráramos la fosa común donde estaba el cuerpo de su
padre para poder llevarle unas flores y recuperar su cuerpo antes de
morir. El pasado mes, cuando le llamamos para darle la noticia del
hallazgo de la fosa, su hija nos comunicaba la tristísima noticia de su
muerte. Amelia, como tantos familiares no ha podido ver cumplido su
justo sueño.
Juan Pablo era una excelente persona que ocupó el cargo de Concejal de
Cultura por aclamación popular. Enseñaba a leer a los obreros en sus
ratos libres y estudió el oficio de sastre para casarse con su mujer.
-Juan Ballano Pérez. 31/35 años. Obrero/Jornalero agricultor. Natural
de Atauta. Hace menos de una semana que su familia se puso en contacto
con la asociación para interesarse por la exhumación gracias a la
difusión del acto.
-Cándido Muyo Arranz. 25/26 años. Jornalero. Natural de San Esteban
de Gormaz. Sabemos poco de Cándido más allá de que tuvo dos hermanos
y una hermana (en cuyos brazos “murió su madre de pena”) que fue
rapada. Tocaba algún instrumento musical. Sindicalista de CNT o UGT,
tuvo un Consejo de Guerra póstumo junto a Juan Pablo Rica y Juan
Ballano, en el cual aparecen los tres como paseados en una muestra de
cinismo deplorable.
-Mariano González Carracedo. 35 años. Ferroviario. Natural de Tudela
de Duero. Aparece en su Acta de Defunción como muerto en Barcones en
“accidente de guerra”
-Bernabé Esteban Benito “El Cagatán”. 37 años. Jornalero. Se
dedicaba a cavar viñas junto a Cándido Muyo. Esta circunstancia,
además de que Juan Ballano, fuera natural de Atauta, llevó a los
autores del libro La represión en Soria durante la guerra civil a
deducir erróneamente que los fusilados junto al colmenar de la Tia
Leonor fueran seis segadores de Atauta, resultando según las
investigaciones que realmente eran estas seis personas a las que nos
referimos.
-Máximo Redondo García.36 años. Ferroviario. Natural de Langa de
Duero. Liberado de la cárcel del Burgo de Osma a principios de agosto,
la denuncia de su desaparición el mismo día 13 explica que fuera
fusilado con las 9 personas anteriores.
Fosa de Fuentebella
En la fosa que se bajará a buscar al cruce de barrancos, se hallan los
cuerpos de Antonio Cabrero Santamaría y Valentín Llorente.
-Antonio Cabrero era el alcalde de Pitillas(Navarra). Fue especialmente
perseguido por liberar las tierras del común del pueblo.
-Valentín Llorente Benito era maestro en Igea (Navarra). Se encuentra
amplia información sobre estas personas en el blog:
http://lavaradelalibertad.blogspot.com.es/ [1]
Recordamos que para la ASRD así como para un gran número de
asociaciones de abogados, asociaciones de derechos humanos, asociaciones
de memoria histórica… estos crímenes forman parte de un plan
sistemático para acabar físicamente con las personas que tenían
diferentes ideas a los golpistas de 1936 con Franco a la cabeza.
Los crímenes llevados a cabo, en este caso por Guardia Civil y Falange
y con presencia de dos sacerdotes constituyen crímenes contra la
humanidad y por tanto imprescriptibles, inamnistiables e inindultables.
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