El 12 de abril es el día mundial de reducción de gastos militares. La reducción del gasto militar es un principio muy necesario de poner en valor en estos locos días que tanto recuerdan a los tiempo de la Paz Armada que desembocó en la I Guerra Mundial, la Gran Guerra, el mayor horror que había conocido la Humanidad. Porque armarse hasta los dientes no conduce más que a la guerra.
Pero el grito debería ser más firme. La postura de la clase obrera, de las organizaciones revolucionarias, de todo aquel pensamiento que tenga algún eco de emancipación y fraternidad, debería ser unánime: ERRADICACIÓN DEL GASTO MILITAR, DISOLUCIÓN DE LOS EJÉRCITOS, FIN DE TODAS LAS GUERRAS.
Porque ese era el grito de la clase trabajadora en la I Internacional, y porque ese era el sentir mayoritario de las trabajadoras hasta que los partidos políticos socialistas y otras organizaciones decidieron dejar a un lado el internacionalismo para engrosar las Santas Alianzas junto a las burguesías patrias de cada estado y llevar a Europa y al Mundo a la guerra total.
Lejos han quedado los tiempos en los que entre los socialdemócratas existía aún un debate sobre la guerra. Muchas veces nos han contado que cuando asesinaron a Jean Jaurès ya todo dio igual y en los parlamentos votaron los partidos socialistas junto a los burgueses para aprobar los créditos de guerra y dar por comenzada la masacre en nombre de la patria. Hoy, no existe ese debate dentro de las organizaciones socialdemócratas; es más, son quienes abanderan el aumento imparable y acelerado del gasto militar. PSOE y su gobierno en coalición con Sumar no son una excepción a sus homólogos socialdemócratas europeos. Pero es que, por poner un ejemplo dentro del sindicalismo, una central como UGT no ha dudado desde el minuto cero en hacer campaña directa a favor de la guerra y la barbarie a la que nos conducirá este aumento del gasto militar que se trata por los medios como algo natural, consustancial al desarrollo mismo de la sociedad, una necesidad indiscutible tocada por la irremediabilidad. Cuando la postura de una organización obrera coincide con los intereses del estado y el capital, esa organización debería hacérselo mirar.
Nosotras decimos bien claro que NO. NO EN NUESTRO NOMBRE. NO, UNA Y MIL VECES, A LAS GUERRAS. Las anarcosindicalistas y la clase obrera en general somos por definición internacionalistas y tenemos que combatir al capital que genera las guerras para evitarlas. NI GUERRA ENTRE PUEBLOS, NI PAZ ENTRE CLASES.
La postura de la CNT de Guadalajara frente al gasto militar es clara: LA ÚNICA GUERRA LA DE CLASES.